Condescendencia

…Condescendencia, palabra-idea que me costó comprender cuando la descubrí, porque le dí muchas vueltas a su sentido.

Consideró que la arrogancia nace con la condescendencia; por ejemplo, acciones como actuar con frialdad, insultar, escupir un  “te odio”, rencor temporal, amurrarse, son actitudes que se las puedes permitir a un niño, entiendes que no mide lo que dice, que es pasional, no se controla, no filtra, explota y daña a su paso, y por supuesto tiene un largo camino por aprender. Pero que se lo permitas a un niño no significa que todo ello esté bien, eres más permisivo con un niño, pero se lo permitirías a un adulto? A un amigo? Que actué con frialdad, que desconozca una relación? Que insulte, que dañe? En el momento que dejamos pasar esas cosas, cuando nos repetimos a nosotros mismos “está bien, tuvo un mal día”, estamos siendo condescendientes, estamos considerando a esa persona como un niño, es casi un; “no se puede pedir más”, “no se puede pedir mucho de él/ella”,  “ya entenderá”.


Han oído de quienes aman “al mundo”?
El amor hacia el mundo suele ser muy condescendiente, la humanidad comete crímenes y atrocidades y a pesar de ello se alza cierto sentimiento de “son humanos, no se puede esperar demasiado de ellos”, “hay que quererlos, no entenderlos”, es muy riesgosa esta forma de pensar, pues al aceptar a la humanidad como es, estas mimándola, y permitiéndole ser-como-es, una humanidad enferma, así no lograras cambiar nada, porque estas aceptando su estado y forma actual.

Puede sonar a un discurso sano y una acción positiva “aceptar” al otro, pero recordemos que sólo son palabras, lo importante es como entendemos esto, como lo percibimos. Si aceptamos las cosas tal cual son no estamos criticando nada, no estamos dando un paso a cambiar nada, si declaras “amar al mundo”, “amar a la humanidad”, entonces para ti está bien que siga tal cual está… y al menos yo no comparto ese sentimiento, cosa de opinión, creo que le falta mucho aún.

Hay que revalorar el poder de la crítica, lo sano que es criticar (lo sano que es para la evolución).
Si por modales, protocolo, actitud de “buena crianza” caemos en la hipócrita condescendencia y aceptamos todo lo que nos ofrecen y muestran, ¿cómo lograríamos mejorar algo? ¿Cómo se podría siquiera esperar que aquello cambie?
A veces para no dañar los sentimientos del otro, para no desvalorizar su trabajo o acción; callamos. Tal vez porque dio su mejor esfuerzo, y en algunos contextos eso podría estar bien, es un cierto grado de bondad, pero la frontera con el mimo es cercana, quien cree haber llegado a la meta deja de investigar y estudiar, y en el peor (y común) de los casos comienza a alimentar su ego, otro freno a la búsqueda.


Pero regresemos a la condescendencia, la droga suave que es puerta a la hipocresía y la arrogancia.  (Mala metáfora, no creo en eso de las drogas suaves… en fin)
Recuerdan lo que dije que puedes ser condescendiente con un niño? ¿Pero y con un adulto?
¿Con un amigo?
A un amigo no puedes considerarlo un niño, tu respecto afectivo nace cuando lo tratas como un igual, cuando le puedes pedir lo mismo que te pides a ti mismo, por supuesto no hablo de intolerancia a otras formas de ser, pero podrías aceptar con comodidad a alguien que sabes golpea a sus hijos todos los día? ¿A alguien que es homofóbico o racista y toma acciones en contra de otros? En esos casos no llegarías a darle una palmada en la espalda, un abrazo, y decirle “ya ya, tranquilo pequeñx, no odies”, eso puede considerarse un acto tremendamente maduro, pero es condescendiente, y es arrogante en una acepción no-negativa. No podemos justificarle sus actos de esa forma, si lo consideramos como un igual entonces asumimos que mediante una conversación, o mediante algún “proceso” puede entender, pero no podemos hacer la vista gorda en términos juiciosos. Juzgamos de una u otra manera, siempre y cuando lo consideramos un igual. El truco de la condescendencia es que nos ahorra juzgar, nos quita esa decisión, por eso es tan popular y está tan enraizada.

Cuando consideramos a alguien como igual, también tenemos que hacerlo cargo de sus propias acciones, en ningún caso podemos tener un amigo al cual le permitimos actuar como un niño, porque si es así esa amistad va a morir. Aún menos en una relación de pareja, donde se ve desde las alturas a la otra persona, casi como una mascota, un ser al cual le tienes mucho amor, pero sientes que depende de ti, sientes que lo debes ayudar en muchos aspectos, ser su soporte y su contención y que sin ti no podría sobrevivir, ello, es condescendencia, ello, es una nueva forma de arrogancia, una arrogancia no insultante, no intolerante, sino una arrogancia paternalista, mesiánica.
Es difícil hablar de palabras como cariño y amor, su significado es inefable, variable de persona en persona, pero podemos sentir cariño por algo que percibimos menor, o si esa expresión incomoda, por algo que sentimos depende de nosotros, así como podemos sentir cariño por algo que consideramos un igual, por algo libre, por algo que respetamos “como es” en vez de “permitir ser” o “proteger-ser”.


Hay  amor falso, condescendencia disfrazada de amor, incluso debajo de muchos colores lo que se encuentra es resignación, pero no es amor, no es entendimiento.


Si creemos que ya no podemos esperar nada más del mundo, perdemos la esperanza, entonces claro que no nos queda más que la condescendencia, pero si aún creemos que podemos esperar del otro lo que podemos hacer nosotros, aún percibimos que el mundo puede compartir nuestros sueños, entonces creo que es válido estar desconforme, criticar, e impulsar cambios.
Amor… un tipo, o un requerimiento de amor, para mí se trata de considerar al otro como un igual, y por lo tanto no una aceptación ciega, sino respetar tanto a alguien que aunque tengan opiniones completamente diferentes puedan debatir, discutir, definir caminos totalmente diferentes, pero sin dejar de creer que el otro es tan igual como nosotros, en un sentido cursi; jamás perder el deseo de compartir el mismo techo (o estrellas).

Es fácil respetar a quienes comparten los mismos sueños, pero respetar los sueños del otro, considerar que en este vasto desierto de cascaras humanas has encontrado a alguien que ves de frente, y que respetaras aun en lo que consideres un error, eso es algo especial sin dudas.

Y claro que habrá discusiones; sólo con quien consideras un igual puedes discutir con pasión.

En algunos casos estuvimos buscando por años esa pasión, incluso para discutir  ˆˆ
(y por eso con quienes más respetamos y mas amamos es con quienes podemos llegar a discutir mas)

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